Hace falta un cambio de colores.
El invierno a parte de haberme penetrado en los huesos, ha penetrado mis ojos….que difícil se me está haciendo ver los diferentes tonos de colores que me rodean. Esos tonos grises y marrones que al comienzo de la temporada se hacían tan hermosos, sinuosos y pegajozos parecía que traerían una promesa de un otoño e invierno sobrecogedores, parecía que traían una invitación al recogimiento y la meditación.
En su momento así fue, lo disfrute! Lo descansé y lo viví…….pero ya es bastante. ¡¡hace falta un cambio de colores!!
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Aquí siguimos la conversación. Un té, un jugo o solo mirar las estrellas mientras fermenta la noche.