En la pequeña isla de Quíos (en Grecia) se celebra la Pascua cada año de una forma muy inusual … y peligrosa.
Dos equipos contrincantes preparan una mansalva de fuegos artificiales con el fin de tirarselos en forma de batalla campal. La tradición empezó en 1889 cuando los ocupantes otomanos confiscaron los cañones de los isleños y los locales respondieron lanzándoles fuegos artificiales caseros.
El objetivo es alcanzar la campana de la iglesia del equipo rival.
El espectáculo es digno de verse, sin duda.
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Aquí siguimos la conversación. Un té, un jugo o solo mirar las estrellas mientras fermenta la noche.