16 mayo 2009

Dolor



Duelen los huesos, el alma, los poros
Duele el aire que respiro y me ahoga
Arden las lágrimas que no son suficientes para apagar la pena.
Quema la sangre por la furia de la impotencia.
Aún así, sonrió… para que no pregunten por mi dolor.
Duele la lengua con tantos lamentos atrapados en ella,
Duele la garganta de tanto tragar palabras que no quiero pronunciar.
Duele el miedo que tengo, me recorre y se mete en la médula de mis huesos
Carcome el cerebro y me recuerda que aún sigue doliendo
Que siempre estuvo ahí.
Dormido, aletargado, escondido tras esa sonrisa traicionera que me salió de los labios
Duelen sus voces, los sones del piano que apuñalan mis oídos con sus notas como navajas afiladas
La guitarra, me retuerce entre sus cuerdas cortando en pedazos mi vida entre do - si - re - fa – mi.
Y muero…, pero no puedo morir de tanto dolor que tengo todavía que vivir
.

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