Cuando has entregado el alma en palabras
y sientes que llega la desilusión,
ya no cantas lunas de colores,
ni pintas cielos azules,
le cantas un Réquiem al amor.
Cuando te das cuenta que los ojos que soñaste
no tienen el color que imaginas,
y que las palabras que un día amaste,
ya no tienen razón,
le cantas un Réquiem al amor.
Cuando piensas que las ilusiones que un día forjaste
eran sólo pétalos sin flor,
sientes que liberas el alma que un día ataste,
y sin tristeza,
le cantas un Réquiem al amor.
Cuando piensas lo que un día perdiste:
la risa, el canto, por soñar sueños sin razón,
entonces no entiendes de la ceguera adquirida,
y alegremente,
le cantas un Réquiem a amor.
Hoy es la despedida, es el adiós sin dolor,
después de haber entendido, que eran sueños sin color,
al saber que mentías, no pude entender por qué te quería,
entonces, fríamente,
le canto un Réquiem al amor.
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