Me llegas cada siete días exacta a la hora
con tu sonrisa chispeante,
de candor y pureza rebosante
Niña de luz encantadora
Enciendes la noche de mis seis días anteriores
Pintando cada rincón de mi estancia
con el brillo de tu corazón de colores,
inundando mis años con tu infancia.
Mis alas batiendo junto a las tuyas se ven.
Tan alto, casi llegando al jardín del edén
Volando entre tu fantasía
y la reposada realidad mía.
Cuando te vayas deja tus sonrisas conmigo
las necesito toda la semana.
No sea que los días me parezca un castigo
y las lágrimas me acompañen en caravana.
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Aquí siguimos la conversación. Un té, un jugo o solo mirar las estrellas mientras fermenta la noche.